Un soldado que se animo a contar su Historia
Me tomó un tiempo decidir contarles esto, pero creo que es hora. Todo ocurrió hace unos años, cuando formaba parte de un grupo de soldados destinados a inspeccionar un oleoducto en medio de esas
montañas. Lo que vivimos… bueno, es difícil de explicar. Cuando llegamos, todo parecía normal. Las montañas se alzaban majestuosas a nuestro alrededor, y el sol se filtraba entre sus picos. Habíamos
escuchado rumores de que la zona podía ser peligrosa, pero, ya saben, pensábamos que eran solo historias. No estábamos preparados para lo que nos esperaba.
La inspección comenzó de manera rutinaria. Caminábamos por los senderos del oleoducto, revisando verificando el estado de las instalaciones.
Pero, a medida que avanzábamos, algo empezó a sentirse extraño. Un silencio incómodo se cernía sobre nosotros, como si las montañas estuvieran conteniendo la respiración.
No todo lo Hermoso es Confiable
El paisaje era hermoso, pero algo no cuadraba. Las sombras de las cumbres parecían más densas, como si ocultaran algo entre sus pliegues.
A medida que avanzábamos, nuestras linternas iluminaban solo fragmentos de oscuridad. Al principio, pensamos que era solo nuestra imaginación jugándonos malas pasadas.
Fue cuando llegamos a una sección más estrecha y oscura del oleoducto que las cosas se pusieron realmente tensas. Las luces parpadeaban, y el eco de nuestros pasos se perdía en la oscuridad. Se sentía como si algo estuviera observándonos desde las sombras, pero cada vez que girábamos la cabeza, no veíamos nada.
Los nervios se apoderaron de nosotros, aunque ninguno lo admitiría. Comenzamos a escuchar susurros, palabras apenas audibles que se mezclaban con el susurro del viento. Nadie sabía de dónde venían. Las
sombras de las montañas parecían tener vida propia, moviéndose a nuestro alrededor como si fueran entidades separadas.
Al menos yo, nunca vi a nadie
A medida que avanzábamos más profundo, los ruidos se intensificaron. No sabría decir si eran nuestros propios latidos o algo más. Había algo en el aire, una sensación de peligro inminente. Pero seguíamos
adelante, pensando que era solo nuestra imaginación. Hasta que escuchamos un ruido que heló nuestra sangre.
Fue un crujido, un sonido metálico distorsionado. Nos detuvimos en seco, mirándonos unos a otros con rostros pálidos. Algo no estaba bien. Las sombras se cerraban a nuestro alrededor, y de repente, todo estalló en caos.
La emboscada fue rápida y brutal. No puedo decir cuántos eran, solo veía sombras moviéndose entre los árboles y rocas. Los disparos resonaban en el aire, los gritos de mis compañeros llenaban el
silencio de las montañas. Corrimos, nos escondimos, pero las sombras parecían seguirnos como si estuvieran un paso adelante.
Sobrevivientes
La confusión era total. No podíamos distinguir amigo de enemigo en medio de la oscuridad. de los 14 sobrevivimos 9 incluyendo Mi Sargento; algunos quedamos muy mal heridos, a mi me hirieron en la pierna, cosa que vine a saber después de que sentimos que se habían ido.
Pero lo que sé es que perdimos a buenos hombres en esa emboscada. La montaña se tragó sus gritos y lamentos, y nosotros quedamos con el peso de la incertidumbre.
Hoy en día, cuando cierro los ojos, sigo viendo esas sombras moviéndose entre las cumbres. La emboscada dejó cicatrices en nuestras almas, y las montañas guardan secretos que preferiríamos no haber descubierto.