Desde algún lugar de América del Sur

Hola a todos, no sé bien cómo empezar esto, pero creo que es importante compartir lo que nos está pasando aquí. Esto no es una película, es mi vida, y la de muchos otros que están sufriendo.

Hace unos meses, todo era normal. Las mañanas eran tranquilas, y la llanura se extendía infinita ante mis ojos. Solíamos vivir todos juntos, como una gran familia. Pero de repente, todo cambió.

Primero, empezamos a notar extrañas actividades. Helicópteros rondaban, y camiones militares se deslizaban por los caminos polvorientos.

Tensión entre sombras

Un día, aparecieron camiones enormes en el pueblo. Grandes y oscuros, con ventanas tintadas que no dejaban ver nada. Se estacionaron en el centro, y hombres de trajes salieron de ellos. No nos dijeron

nada, solo observaban desde lejos, como sombras. Al principio, pensamos que eran visitantes importantes o algo así.

La cosa es que empezaron a hablar con los líderes del pueblo, políticos locales y todo eso. Todo se volvió secreto, y nadie sabía lo que estaban tramando.

Las familias empezaron a recibir notificaciones forzadas para abandonar sus hogares.

No había explicaciones, solo órdenes. Al principio, muchos se resistieron, pero fueron amenazados…

Vi a vecinos siendo arrastrados fuera de sus casas por hombres armados.

El desplazamiento fue lento, cruel. Nos obligaron a caminar sin rumbo durante horas bajo el sol abrasador. Dejamos todo atrás: nuestras casas, nuestras pertenencias y nuestros recuerdos.

Las autoridades no decían nada, solo nos empujaban hacia adelante como ganado. La llanura, que solía ser un lugar lleno de vida y esperanza, se convirtió en un vasto campo de desolación.

La gente hablaba en susurros, temerosa de ser escuchada. Nadie sabía a dónde nos llevaban ni por qué.

Secretos políticos-Ordenes Misteriosas

Después de días de marcha, llegamos a un lugar desconocido. Nos obligaron a instalarnos en tiendas de campaña apretujadas.

Las condiciones eran inhumanas. No había suficiente comida ni agua. Los niños lloraban y los adultos susurraban sobre lo que podría venir.

La desesperación creció cuando nos dimos cuenta de que éramos solo uno de varios grupos desplazados.

Con el tiempo, conocí a otras mujeres como yo, que se preguntaban en silencio por qué estábamos siendo tratadas así.

Se rumorea que altas esferas de la política están detrás de todo esto. Algunos creen que buscan controlar la tierra, otros piensan que es una forma de castigo por algo que ni siquiera entendemos.

Nadie se atreve a hablar demasiado alto, por miedo a represalias.

Las semanas pasaron, y las promesas de un retorno rápido se esfumaron. Nadie sabía qué estaba pasando. Algunos decían que era por el petróleo debajo de la tierra, otros decían que era por votos políticos. La verdad era un misterio.

Los niños lloraban de hambre, y las noches eran frías. Las carpas no eran suficientes. Compartíamos historias, tratábamos de encontrar consuelo mutuo. Pero la verdad era que estábamos perdidos.

Nos quitaron nuestras raíces, nuestra vida. Ahora, aquí estamos. Viviendo en la desolación, sin techo ni esperanza. Las altas esferas de la política, esos tipos en trajes, nos quitaron todo. Nos dijeron que era por

el bien del país, pero aquí estamos, abandonados. Varias familias sin hogar, sin rumbo. La llanura que solía ser nuestra casa, ahora es solo un recuerdo lejano.

Sé que suena loco, pero alguien tiene que escuchar nuestra historia. No somos los únicos. Ojalá alguien pueda ayudarnos, devolvernos lo que nos quitaron. Mientras tanto, solo puedo seguir contando nuestra historia y esperar que alguien nos escuche en este vasto silencio de la desolación.

Dato recolectado de ACNUR Junio 26 de 2023

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